Si estás llegando agotada al fin de semana, sobre todo mentalmente, una de las cosas que tenemos que revisar es la manera en la que tomamos decisiones porque tomar buenas decisiones es fundamental para mejorar nuestros resultados e influye directamente en la cantidad de energía que tenemos disponible para lo que de verdad nos importa.
Cuanto más agotadas estamos, peores decisiones tomamos porque nuestro cerebro trata de ahorrarnos energía y a lo largo del proceso evolutivo el ser humano ha mantenido su supervivencia gracias a que reaccionar rápido era un factor de vida o muerte.
Sin embargo, hay muchas decisiones importantes que tomar que te van a cambiar la vida, además, decidir bien requiere un esfuerzo ¡y también implica arriesgar! y para añadirle dificultad, a nadie le gusta demasiado elegir como normal general.
Para ayudarte a entender mejor la importancia de tomar decisiones voy a contarte un caso que aunque aparentemente sencillo el impacto que tuvo para esta persona “NO” tomar decisiones fue muy grande.
Hace unos días, hablaba con un cliente de mi pareja y mientras ambos la felicitamos por su nuevo rol de liderazgo , nos dijo:
“Creo que no estoy tan preparada para asumir este rol como mi compañera. Ella era la otra opción y habla 2 idiomas más que yo, se graduó de las mejores de su promoción, tiene un Máster y es encantadora, da gusto trabajar con ella. Sin embargo, no toma decisiones. Me han ofrecido la oportunidad a mi porque tomo decisiones”.
No podemos evitar tomar decisiones, no tomar decisiones ya es tomar una decisión porque la vida sigue hacia delante nos subamos en la ola o nos dejemos arrastrar por ella. En mi opinión, no tomar decisiones es como elegir la inmovilidad como medio de transporte, no vas a tomar riesgo por las consecuencias, pero tampoco te sucederán las oportunidades que esperas.
No tomar decisiones es una de las barreras para no brillar con tu potencial, mucho menos visible y difícil de detectar.
No tomar decisiones es uno de los problemas para no brillar con tu potencial, mucho menos visible y difícil de detectar y , las consecuencias son mucho menos evidentes y no tan inmediatas, puede que ni siquiera las asocies, pero pasado un tiempo te das cuenta de que están conectadas.
Aquí es donde vienen los resentimientos, repartir la culpa fuera. Tenemos el poder de decidir mejor y tienes que aprender a usarlo.
Teniendo claro que hay que liderar tus decisiones y a pesar de que tomar buenas decisiones se pueda sentir como una carga, en realidad es bastante más sencillo si conocemos las estrategias adecuadas.
Por eso te comparto hoy las 4 mejores estrategias para tomar buenas decisiones y sepas cómo elegir la opción que mejor impacte en tus resultados y estar segura de que has elegido lo mejor que podías elegir. Estas estrategias van a servirte si estás:
- Trabajando en resolver un problema.
- Afrontando incertidumbre.
- Rompiéndote la cabeza para tomar una decisión.
Pero antes de ir a por las estrategias, quiero compartir contigo 5 grandes errores que las personas cometen a la hora de tomar decisiones de forma breve pero muy enfocada a tener en cuenta:
Error #1 Enfocarse en acertar o en quedar bien, en lugar de centrarse en tomar la decisión correcta independientemente de si aciertas o no. Tomar una decisión no es dar con un dardo en una diana; es colocarte en una posición mejor de la que estabas.
Error #2 Tener miedo a las consecuencias de tus decisiones y que no vas a poder afrontarlas.
Error #3 Tener miedo a que te falte información para decidir , en lugar de aceptar que nunca vas a tener toda la información del mundo disponible y que además tener exceso de información satura los sentidos y disminuye nuestra capacidad de ver con claridad.
Error #4 Tener miedo de que no sea el momento ideal para decidir, en lugar de aceptar que existe un tiempo acotado para cada decisión nos guste o no.
Error #5 Tener un diálogo interior con pensamientos contraproducentes del tipo: .- y si hubiera elegido esto. – , .- Igual tenía que haber elegido esto otro.- Si hago esto, ¿perderé el respeto de alguien?.- Si no voy, ¿perderé la oportunidad de algo nuevo?.- Si me quedo, ¿me estoy conformando?.
La crítica interior tiene un repertorio muy extenso para dar dónde duele y en su lugar tienes que aceptar que no hay forma de saber qué hubiera podido pasar con otra elección y liberarte de esa carga innecesaria.
Ahora que ya hemos hablado de los errores más comunes es mucho más fácil librarte de cometerlos. Es posible que no sean nada nuevo pero muchas veces se olvida tenerlos en cuenta a la hora de decidir y más cuando tenemos presión.
Ahora sí, vamos a hablar de las 4 estrategias para tomar buenas decisiones y de lo importante de tenerlas porque normalmente tu cabeza discutirá y tu corazón querrá complacer y estarás hecha un lío más tiempo del necesario si no las aplicas.
Estrategia #1 Aceptar el riesgo.
Toda decisión conlleva un riesgo por mínimo que sea y sin aceptar equivocarse o fracasar no hay oportunidad de mejorar. Ni tampoco lugar para la creatividad porque la creatividad se corta si aparece el miedo. Tenemos miedo de equivocarnos. Tenemos miedo de no ser perfectos. Tenemos miedo de parecer estúpidos y que se rían de nosotros o que nos rechacen. Hay un millón de cosas aterradoras fuera y dentro de nosotros que nos hacen decirnos a nosotros mismos.- ¿perseguir la creatividad? ¡No lo creo!.
Estrategia #2 Ser consciente del mayor número posible de consecuencias de cada opción.
Hay decisiones que tienen mayores consecuencias que otras , incluso de las que conocemos que no podríamos volver a atrás, por eso la estrategia número 1, es aceptar el riesgo de las decisiones más comprometidas como elegir a quién promocionar entre varios buenos candidatos, decidir sobre despidos durante un momento social tan sensible, elegir dónde recortar gastos, dónde asignar nuevos fondos, siguen la misma estrategia que para decidir si romper con una pareja, mudarse de país, tener o hijos o no, y pensamos que a mayores consecuencias el proceso de toma de decisiones es distinto, pero lo cierto es que las estrategias siguen siendo las mismas.
Muchas personas creen que “muchas opciones es igual a libertad de elección” o que “muchas opciones es igual a mejores oportunidades” con esto hay que poner cierto límite entre 2-3 opciones porque agregar demasiadas opciones nos confunde y más no es sinónimo de mejor. Sobre todo no enfocarse en ganar esta vez, si no la carrera completa.
Estrategia #3 Tener siempre presente el “para qué” de la decisión.
El para qué, es el propósito y está asociado al largo plazo no a la inmediatez ¿Para qué estoy tomando esta decisión? ¿A qué posibilidad que me llena estoy optando cuando elijo esto? ¿Esta decisión me acerca o me aleja de mi propósito? Si elijo esto, qué porcentaje tengo de acercarme a lo que quiero.
No nos sirve tener una lista de opciones, lo importante es conocer cuáles son las consecuencias reales aproximadas de esas decisiones.
Estrategia #4 Esperar al último momento responsable para decidir.
Para mi, esta cuarta es la estrategia más poderosa de todas, el último momento responsable es un concepto que se utiliza en la metodología Lean que asume que no podemos tomar todas las decisiones en el mismo día y menos si son decisiones difíciles o sobre las cosas importantes de la vida por eso, necesitamos un mínimo de tiempo, siempre que sea posible para decidir en el que aprender e investigar de todo lo que pueda afectar la decisión.
Si nos pasamos dilatando el tiempo, podemos perder oportunidades, o convertirse en problemas o riesgos que podríamos haber evitado siendo más ágiles en nuestro proceso de decisión. Por otro lado, la obsesión con decidir rápido lleva a decisiones precipitadas sin estudiar la información.
En resumen se trata de reunir toda la información sobre las opciones posibles y las consecuencias de cada opción ¡siempre con respecto a los objetivos que te hayas marcado! por eso es fundamental cada cierto tiempo revisar y tener claros , objetivos, propósito, tus valores y tu visión.
Por ejemplo, si es una decisión con plazo marca la fecha límite y si es una decisión que te afecta a nivel anímico marca en tu agenda un espacio para el primer paso de reunir, aprender e investigar la información y plantear opciones, sólo con este ejercicio tendrás más claro qué te convence más. Debemos saber hacia dónde queremos ir pero no conocemos el camino del todo, lo vamos descubriendo día a día, por eso lo más importante es mantener la dirección correcta.
Cuanto más consistente seas con las estrategias: de aceptar el riesgo, Ser consciente del mayor número posible de consecuencias de las opciones, tener siempre presente el “para qué” de esa decisión y esperar al último momento responsable para decidir, mejor impacto tendrán tus decisiones. Y una serie de buenas decisiones, te llevará a mejores resultados.